Los autoanticuerpos y la infertilidad
Muchas determinaciones analíticas, anticuerpos repetidos una y otra vez, y … ¿para qué? Esperamos poder ayudaros con esta entrada de blog.
Dentro de la inmunologia reproductiva existe la posibilidad de explorar interminables listas de anticuerpos, muchos de ellos relacionados directa o indirectamente con los abortos de repetición o el fracaso de implantación. No obstante, la sensación de repetir analíticas o «seguir buscando», tendría que ser justificada y argumentada. Podríamos decir que existen tres grandes grupos de anticuerpos o marcadores biológicos y la infertilidad:
- Autoanticuerpos dinámicos: Un ejemplo de este grupo podrían ser los anticuerpos antifosfolípidos, los cuales se relacionan directamente con los abortos de repetición o el fracaso de implantación. Estos anticuerpos pueden variar en función de como estén las defensas de cada paciente, pero pueden perdurar mucho tiempo (entre 6 meses y 5 años). Su determinación periódica puede ser de utilidad.
- Marcadores de inflamación: Aquí podrían entrar proteínas de la inflamación (PCR; VSG; TNF alfa, interleuquinas, etc) o células inmunológicas (linfocitos Treg, células NK, etc). Estos marcadores nos darán una foto instantánea del estado inflamatorio de cada persona. No obstante, son muy variables (un mero resfriado los puede alterar), y no deberían ser suficientes para tomar decisiones clínicas, a no ser que sean interpretados por un experto en autoinmunidad.
- Predisposición génica: en este grupo entra la trombofilia congénita (prot C, Prot S; gen MTHFR; etc), los receptores NK-KIR o los HLA-C. Este grupo solo amerita una única determinación, la cual será suficiente para entender la predisposición de una paciente para padecer un determinado transtorno. En algunas ocasiones se podría pedir una analítica «de comprobacióN», pero nunca se deberían monitorizar (no es necesario).
Así pues, para definir correctamente un síndrome (en nuestro caso fracaso de implantación, síndrome antifosfolípido obstétrico), necesitaremos una orientación clínica previa, y un uso racional del recurso del «estudio analítico».
Seguimos en contacto. Un saludo.